Policías en la cuerda floja: entre el escándalo y la defensa del Gobierno

El fuerte respaldo que el gobernador Osvaldo Jaldo expresó la semana pasada hacia la Policía logró, al menos por un momento, calmar el temblor que sacudió a la fuerza durante dos semanas cargadas de escándalos. El martes, la Justicia allanó las viviendas de 15 comisarios acusados de corrupción; y el martes anterior, los propios custodios del mandatario –acompañados por el ministro de Seguridad y la Fiscal de Estado– habían sorprendido a dos policías y dos presos trabajando como albañiles en la casa de Gustavo Beltrán, ex jefe de la Unidad Regional Norte, en El Cadillal.

Reto y elogio

La primera reacción del Gobierno fue inmediata ante un hecho irrefutable: Beltrán había sido encontrado in fraganti, lo que desató un duro llamado de atención a toda la cúpula policial. Jaldo les reprochó que la falta de control había “ensuciado” todo lo bueno que se había hecho en materia de seguridad.

Luego, tras las detenciones, las audiencias y el traslado de los responsables al calabozo, llegó la otra cara del mensaje: la defensa.
Esta es la Policía que en dos años bajó los homicidios un 50%, que redujo los delitos un 30%, la Policía reconocida a nivel nacional por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich”, destacó. Y agregó: “En dos años se hizo más por la seguridad que en los últimos 20 o 30. No se había puesto un ladrillo para la cárcel, no se había comprado una pistola ni equipamiento para la fuerza”.

En buena medida, los datos acompañan. Aunque en gestiones anteriores se anunciaron compras de vehículos y otros insumos –incluyendo la polémica adquisición de armas israelíes durante el gobierno de Juan Manzur–, lo cierto es que las protestas por inseguridad han disminuido. Hoy, los conflictos vecinales ganan espacio en la agenda diaria, mientras que los hechos policiales más repetidos están vinculados al narcomenudeo o al consumo de estupefacientes.

Sin embargo, hay una deuda que persiste sin mejoras visibles: la violencia de género, un flagelo que sigue creciendo sin que las políticas implementadas hasta ahora logren resultados concretos.

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