Un nuevo cierre dentro del sistema financiero volvió a encender alarmas en el norte del país. Tarjeta Naranja, una de las firmas crediticias más reconocidas de Argentina, decidió cerrar su sucursal de Tartagal, Salta, dejando a más de 50 trabajadores sin empleo, una medida que genera inquietud también en Tucumán, donde la empresa aún mantiene oficinas activas.
Un cambio profundo en la empresa
Durante años, Tarjeta Naranja fue considerada un modelo empresarial, destacada como uno de los mejores lugares para trabajar. Sin embargo, ese panorama comenzó a cambiar tras la adquisición de Tarjeta Nevada en 2018, un movimiento que, lejos de fortalecer la estructura, marcó el inicio de una reconfiguración que incluyó reducción de personal, reestructuraciones internas y cierres escalonados de sucursales en distintas provincias.
Desde ese momento, la compañía ha acelerado su transición hacia una estrategia fuertemente orientada a los servicios digitales, priorizando herramientas virtuales y dejando en segundo plano la atención presencial, un cambio que golpea directamente a los trabajadores y a miles de usuarios acostumbrados a la atención tradicional.
El caso Tartagal: un cierre que dejó dolor
La sucursal de Tartagal cerró formalmente sus puertas en noviembre, aunque el proceso comenzó días antes, con el desmantelamiento del local. Los empleados afirman que la decisión llegó sin aviso previo y de manera abrupta, lo que provocó un fuerte impacto emocional y económico.
Una de las trabajadoras despedidas, que llevaba 22 años de antigüedad en la empresa, relató el difícil momento:
“De un día para el otro cierran, nos dejan una carta de despido a un mes de las fiestas, sin liquidarnos. Tenemos hijos, cuentas que pagar. Nuestro gremio no apareció”.
Su testimonio refleja la angustia de varias familias que quedaron sin ingresos a semanas de fin de año y sin respuestas claras por parte de la empresa ni del gremio correspondiente.
¿Puede repetirse en Tucumán?
Aunque en Tucumán Tarjeta Naranja aún mantiene una presencia sólida, con sucursales en calle Congreso, Muñecas 330 y Crisóstomo Álvarez 551, el cierre en Salta encendió todas las alertas.
Fuentes del sector financiero sostienen que el avance de los canales digitales suele venir acompañado de un achicamiento estructural, lo que podría anticipar escenarios similares en otras provincias si la empresa decide profundizar su proceso de modernización y reducción de costos.
Por el momento, no hay confirmaciones oficiales sobre eventuales cierres en Tucumán, pero el antecedente de Tartagal y los despidos masivos hacen que la preocupación crezca entre trabajadores y clientes.
Un futuro incierto
La tendencia es clara: Tarjeta Naranja avanza hacia un modelo de atención cada vez más digital y con menor presencia física, lo que podría modificar de manera permanente la relación entre la empresa, sus empleados y los usuarios.
Mientras tanto, en Tucumán —y en gran parte del NOA— se observa con atención cada movimiento de la compañía, temiendo que el cierre en Salta sea solo el comienzo de un proceso más amplio.
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El Provincial Tucumán San Miguel de Tucumán