Dudas y certezas en el crimen de Zoe, la niña asesinada de un balazo en San Cayetano

La muerte de Zoe, la niña de 7 años que recibió un disparo mientras jugaba en la vereda de la casa de su abuelo en San Cayetano, mantiene en vilo al barrio y deja al descubierto un entramado de violencia que aún no termina de esclarecerse. A pesar de las primeras detenciones y de la reconstrucción inicial de los hechos, persisten interrogantes clave sobre el móvil del ataque, los roles de los implicados y las amenazas que, según la familia, venían acumulándose desde hace tiempo.

El ataque

El episodio ocurrió el jueves 20 de noviembre, alrededor de las 16.20, cuando cuatro jóvenes —dos a pie y dos en motocicleta— irrumpieron en la cuadra. Uno de ellos abrió fuego al menos cinco veces hacia la vivienda. Uno de esos disparos impactó en Zoe, quien fue asistida de inmediato por vecinos y trasladada al CAPS del barrio, y luego al Hospital de Niños. Los médicos lograron contener una hipertensión craneana crítica, pero el viernes por la tarde se confirmó su muerte cerebral.

Las primeras detenciones y la reacción del barrio

Esa misma noche, la Policía detuvo a “Ratón” (19) y a un adolescente apodado “Menor” (16), ambos imputados con medidas cautelares por cuatro meses. Horas después del fallecimiento de la niña, un grupo de vecinos incendió la casa del padre de los otros dos sospechosos que seguían prófugos.

La tensión obligó a que “Chueco”, un vendedor ambulante de 18 años, y su hermano de 15 años —inimputable— se entregaran ante las autoridades.

Acusaciones y evidencias

El sábado, la auxiliar fiscal María José Agüero acusó a “Chueco” como autor del homicidio doblemente agravado, y solicitó que quedara detenido en la Unidad 5 de Villa Urquiza. Según las primeras pericias y las cámaras de seguridad analizadas, él sería el único tirador, ya que es la única persona registrada con un arma en la mano al momento del ataque.

Denuncias previas y posibles vínculos con otros conflictos

La familia de Zoe asegura que venían recibiendo amenazas reiteradas, algunas de las cuales —según denuncian— no habrían tenido seguimiento institucional. A ese reclamo se sumaron vecinos que vinculan el ataque con una supuesta disputa territorial por venta de drogas, una hipótesis que la Justicia no descarta pero tampoco confirma, manteniéndola como una línea de investigación entre otras.

¿Qué se sabe y qué falta esclarecer?

La investigación, por ahora, se sostiene sobre tres puntos firmes:

  • La identificación del tirador.

  • La mecánica del ataque, dirigido directamente a la vivienda.

  • La existencia de testigos que vieron a los agresores movilizarse en dos rodados.

Pero también persisten dudas importantes:

  • El móvil del ataque sigue sin definirse.

  • Investigan si un segundo menor podría haber grabado la secuencia para difundirla.

  • Se evalúa la participación de una quinta persona, posiblemente menor de edad.

Fuentes del Ministerio Público Fiscal señalaron que aún faltan pericias clave, entre ellas ampliación de testimonios, análisis detallado de los videos y evaluaciones técnicas para determinar si existió instigación o si el ataque forma parte de un conflicto previo no detectado a tiempo.

Un barrio aún conmocionado

Mientras la causa avanza, San Cayetano continúa profundamente impactado. El crimen de Zoe expuso no sólo la violencia que atraviesa al barrio, sino también un circuito de denuncias que, según la familia, no recibió respuesta adecuada. El expediente, todavía en una etapa inicial, avanza entre certezas contundentes y preguntas que, por ahora, siguen abiertas.

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