La trama millonaria que sacude a la Agencia de Discapacidad: cómo operó el desvío de más de $43.000 millones

Una investigación judicial reveló el funcionamiento de un esquema ilícito que operó durante casi dos años dentro de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis). Según la pesquisa, se trató de una estructura basada en asociación ilícita, cohecho y defraudación agravada, articulada por exfuncionarios, empresarios y operadores externos que manipularon el sistema de compras del organismo para obtener ganancias indebidas que superaron los $43.000 millones en un solo año.

Un mecanismo diseñado para desviar fondos públicos

La maniobra giraba en torno a las llamadas “compulsas reducidas”, un circuito paralelo de compras creado para beneficiar a un puñado de droguerías previamente seleccionadas. Mientras que en el sistema de compras regular competían entre 14 y 16 empresas, en estas compulsas especiales solo participaban tres o cuatro, siempre las mismas, generando una competencia ficticia.

El patrón se repetía: dos empresas eran elegidas de antemano para quedarse con las adjudicaciones, mientras las otras simulaban competir con precios no convenientes o directamente sin presentar ofertas. La cartelización quedó expuesta con casos extremos de sobrefacturación: medicamentos que costaban cientos de miles en compulsas abiertas pasaban a valer millones en las compulsas reducidas, con incrementos de hasta 1900% en apenas días.

Solo entre julio de 2024 y agosto de 2025 este sistema permitió adjudicar irregularmente más de $43.000 millones, según los análisis técnicos realizados para la Justicia.

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Martin, Lule y Sharif Menem entrando al hotel Libertador el día del triunfo electoral de La Libertad Avanza.

Los tres niveles de la operatoria

La estructura criminal estaba organizada en tres niveles:

1. Funcionarios con poder de decisión

Encabezaban el esquema quienes controlaban la Agencia y tenían la autoridad para direccionar compras, garantizar cobertura institucional y recibir pagos en efectivo como contraprestación.

2. Operadores externos con mando interno

Personas sin cargo público que daban órdenes dentro del organismo, diseñaban estrategias de recaudación, decidían adjudicaciones y colocaban personal propio como infiltrados para mover información y facilitar los pagos. Incluso usaban usuarios y contraseñas del sistema oficial para operar desde afuera.

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3. Empresarios beneficiados

Dueños y representantes de cuatro droguerías favorecidas que coordinaban entre sí cuál ganaría cada compulsa. También participaban ejecutores que cargaban las operaciones en el sistema según instrucciones precisas.

El circuito del dinero y el presunto lavado

La investigación mostró un flujo constante de dinero en efectivo, transferencias y maniobras financieras destinadas a ocultar el origen ilícito de los fondos.

Algunos ejemplos detectados:

  • Millones de pesos entregados en mano para financiar viajes.

  • Dólares no declarados guardados en cajas de seguridad.

  • Obras millonarias en viviendas personales.

  • Gastos en tarjetas muy superiores a los ingresos declarados.

  • Facturación cruzada entre empresas vinculadas para justificar movimientos de dinero.

  • Inversiones en criptomonedas mediante plataformas utilizadas para “blanquear” fondos.

  • Transferencias desde droguerías a firmas de aviación privada bajo conceptos genéricos, con facturas idénticas y montos coincidentes.

Las escuchas telefónicas también revelaron cómo se ordenaban movimientos de dinero a intermediarios encargados del flujo financiero y de las inversiones.

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